Su Historia

 

No hace falta que Rodrigo se defina como transgresor o vanguardista, la definición cae por su propio peso, su avasallante personalidad y su bioenergía le permite hoy seguir cumpliendo con su agenda cada vez mas abultada, televisión, radio, grafica, show presentaciones y otra innumerable gama de actividades, ya el potro no se puede dar el lujo de practicar sus hobbys, pero no por eso deja de estar contento y alegre por este gran momento por el que pasa.
Muchos son los calificativos que el mismo se coloca, siempre en función de su actividad, más que de su actividad, de su actuación, de pronto se autodefine como un hiperkinetico, porque dice y sin mentir que está todo el tiempo trabajando, luego afirma que es un payaso, y tampoco acá miente pues le gusta ser el centro de la escena y brinda permanentemente tanto arriba como debajo del escenario un show, es decir en síntesis su vida es esto.
Cuando hablamos de las mujeres, del sexo, Rodrigo desgrana conceptos por doquier manifiesta que su apelativo el potro tiene mucho que ver con esto, que a todas las mujeres les gusta tener un hombre de verdad como él al lado y por supuesto ingresando en un terreno mas intimo dice que no iría a la cama con todas, cada vez que lo hace analiza, pues de esta manera el goce es mayor tanto para él como para su pareja.
Así es el potro Rodrigo, un poco de todo, espontáneo alegre, divertido, original, hace lo que quiere y no se deja llevar por el que dirán. Todos los días distinto, como el camaleón cambia de colores según la ocasión, único e inagotable hace muchos años que nuestro país no contaba con un fenómeno de este calibre, quizás esta también sea una parte de su éxito, la necesidad de contar con alguien alegre y divertido, que nos haga pasar un buen momento y que nos incite a vivir la vida con mayor optimismo. los argentinos lo necesitabamos.-

Su vida

De muy chico, Rodrigo, escuchaba solo cuarteto, grupos como: Cuarteto de Oro, Berna, Leo. Su madre era muy amiga de la Mona Jimenéz, y siempre lo llevaba a ver los bailes del cantante. Su tío que era carpintero, le regaló en su segundo cumpleaños, un micrófono de madera. Rodrigo jugaba a ser cantante.Su debut: fue en el grupo Chévere, a los 11 años. Rodrigo iba a bailes, y cuando era reconocido lo hacian subir al escenario para cantar. Todos se acuerdan de su caradurez. Al ser un nene cantaba ante mas de 5000 personas sin inhibirse. Abandonó la escuela cuando estaba en séptimo grado, cuando un amigo lo fue a buscar a la salida del colegio para ir a un casting musical. Se retiró de clase, dejando su mochila y sus útiles y no volvió nunca más, al ser elegido por el grupo "Manto Negro". Fue allí donde cobró su primer sueldo como profesional.La primera canción que compuso Rodrigo fue "La foto de tu cuerpo", la escribió a los 15 años, y grabó su primer disco con el mismo nombre en 1987De Córdoba capital, llegó a Buenos Aires. "Aprendiendo a vivir" fue el título de su segundo disco, en 1988. En su primer aparición provocó el delirio del público. El 5 de abril de 1991, subió al escenario de Fantástico Bailable. Un año más tarde grabó un video clip con Marixa Balli. También incursiono otros ritmos como salsa y merengue, en sus posteriores discos "Muy bueno" en 1992 y "Completamente enamorado" en 1994.Ya en 1995, sacó otro CD, llamado Sabroso; abundando la salsa y el merengue en sus canciones. Entre las mejores se ubican: "Negro Sabroso", "Estrella", "No me pregunten como es mi muchacha" y "De profesión tu amante".En 1995, grabó la canción "Lo mejor del amor;, siendo ésta la canción más conocida, donde sonó en todas las radios y en todos los boliches. También, sus otras dos canciones famosas fueron: "Himno del cucumelo" y "El divorcio".Antes de un recital, su padre, que era productor de varios cantantes famosos, al hacer un esfuerzo grande, se desvaneció en los brazos de Rodrigo. Él trato de cancelar el show, pero se lo impidieron y cantó igual, sabiendo que su padre se acababa de morir. A esa altura de los acontecimientos, pensó seriamente la posibilidad de abandonar su carrera artísticaEn 1998, grabó su primer disco en vivo, grabado en Metropolis, llamado "La leyenda continúa", donde hay varias canciones muy buenas, pero quizá no tan conocidas, como ser "La chica de mi barrio", "Amor de alquiler", "El cuertetero y Mariana", "La trampa" y "Lo mejor del amor" en vivo.En 1998, grabó su disco "Cuarteteando, donde sus principales canciones son "Si tu supieras", "Lecho vacio"(quizá su mejor canción), "y Volo volo" y "en mi cama una cualquiera".Ya en 1999, editó su CD llamado;El Potro, donde sus mejores canciones son "El Potro", "La chica de mi barrio", "Ocho cuarenta", "Ella toca el clarinete", "Boby".En el mismo año, grabó su disco "Rodrigo a 2000, quizá el mas famoso, el más vendido, el disco que fue vendido por los canillitas en los puestos de diarios y revistas, el disco que se hizo famoso durante los meses del 2000, al recorrer Rodrigo toda la costa atlántica, balneario por balneario y tocando de vez en cuando en bailantas de la Capital Federal, y el que tiene las mejores canciones como ser: Yerba Mala, Como le digo, Soy cordobés, Fuego y pasión, Amor Clasificado, Que Ironía, El viaje, y otras más.

La Tragedia

Rodrigo murió como había crecido: a los golpes. De madrugada, bajo un cielo negro de nubes, este muchacho cordobés de 27 años, quedó tendido y ensangrentado sobre el asfalto húmedo de una autopista solitaria.
En la nublada tarde del viernes 23, Rodrigo y su manager desde el primer día, José Luis Pepe Gozalo, definían cómo viajar al show que el cantante debía dar en la bailanta Escándalo de City Bell, esa misma noche. Era el único recital programado de una jornada atípicamente tranquila, y entonces el Potro decidió ir en su 4x4 y llevar a su hijo Ezequiel Ramiro, de 3 años.
Primero fue a grabar el programa La Biblia y el Calefón con Jorge Guinzburg, y después se fue a cenar en El Corralón. Como no había mesa, Pepe Parada los invitó a sentarse junto a él y Fernando Olmedo, el hijo de Alberto.”

Mientras conversaban, Rodrigo contó sobre sus proyectos y jugó e hizo dibujos en las servilletas con su hijito. A pedido de todos tarareó la canción que había compuesto para la publicidad de la cerveza La Diosa. En la despedida, se produjo el diálogo que resultaría clave en el desenlace. “Che, me encantaría ver un show tuyo. A ver cuándo me invitan”, dijo Olmedo. La respuesta de Rodrigo fue inmediata: “Venite ahora, hago un show en La Plata y volvemos”. Olmedo, al principio, se acobardó: “No, a ver si me dejan colgado en La Plata”. Y el Potro enseguida le ofreció: “No te hagas problema, loco. Te traigo yo mismo en la camioneta”.

A las tres de la mañana del sábado, Rodrigo, su ex mujer Patricia, su hijo Ramiro, Fernando Olmedo, Gustavo Cachi Pereyra (asistente de Rodrigo) y el Negro Moreno (productor de sus discos) se prepararon para regresar de City Bell en la camioneta Ford Explorer roja de Rodrigo (era suya desde noviembre, cuando Pepe Gozalo, el dueño inicial, se la entregó a pedido del cantante). Al salir de Escándalo, Gozalo lo miró y le dijo: “Ro, ¿por qué no lo dejás manejar a Claudito?” (uno de los integrantes de la banda). El Potro respondió tranquilo: “No. Voy manejando yo. Quedate tranquilo, que está todo bien”. Y acto seguido le dio un pico a Gonzalo, repitiendo un gesto de cariño y humor que incorporó desde su visita a Diego Maradona en Cuba. Entonces subieron a la camioneta. Rodrigo al volante. Patricia y Ramiro en el otro asiento delantero. El Negro Moreno detrás de Rodrigo, Pereyra en el medio y Olmedo detrás del asiento del acompañante. Así partieron. Apenas habían pasado las tres de la mañana.

Aquí el relato se apoya en diferentes testimonios. Rodrigo habría llegado sin problemas al peaje de Hudson, a unos quince minutos del camino Centenario. Detrás venía otra camioneta con integrantes de la banda. Al pasar el peaje, habría aparecido la camioneta Chevrolet Blazer blanca que recorrió junto a la Ford Explorer los kilómetros previos al vuelco fatal. Cachi Pereyra, uno de los sobrevivientes, cuenta lo que ocurrió después: “Veníamos muy tranquilos cuando la camioneta blanca nos pasó muy rápido, y después bajó la velocidad y se quedó taponándonos. Rodrigo le hizo luces para que se abriera y, cuando intentó pasar, la camioneta le cerró el camino. Entonces pegó el volantazo hacia la derecha, y ahí pegamos contra el guard rail, y empezamos a dar vueltas”. El testimonio de Pereyra es decisivo: iba en la camioneta y nunca perdió el conocimiento.

A 150 metros de la camioneta, un cuerpo se encontraba tirado casi de perfil, con las clásicas botas de cuero de serpiente todavía puestas, la campera cubriéndole la cabeza y un charco de sangre deslizándose sobre el asfalto.
Era Rodrigo, ya sin vida.